viernes, 4 de enero de 2013

El hipo es solipsismo


pertenece da pudor decir
la cascada voladora interrumpida
por la asunción de no contribuir a terminarla
da dolor tener que nombre situación y simultaneidad
dice un pasto donde acabar y un pasto donde empezar
colores terrosos disueltos por el ojo
vapor que se come las manos
sol y a un lado del sol el sol desnaturalizado
el que ilumina el lugar vacío
donde el pasto ralea y el ojo se ensancha
y a la mano se le transparenta el hueso
quiero ser un muchacho natural
que cuando dice pertenece dice aquí con ésto
y allí con ésto
que usa la mano de visera y ve
paradigmas animales
cuerpos que usan la voluntad para elegir el grueso de sus extremidades

faro adversativo
un trueno desfigura la mano cuando iba a sostener la frente
un trueno desfigura la penetración y aquí la frente
el hueso frío con su llama y su candado

en el campanario fui amigo
de la campana
yo dormía dentro de ella
y tañía y tañía
y no me despertaba
dentro de sí misma la campana no suena
cuando lleva aferrada a su péndulo rebelde
al que devora el sonido
al que golpea las lenguas de su cuerpo contra las paredes
al que es la aguja que la cose y la desgarra
y parpadea mucho y abre y cierra
las manos como si así sobrevolase el pasto
el sol
el faro
y truena ciegamente
como debajo del agua