domingo, 14 de octubre de 2012

El compás


Yo sólo quiero un sabor a salvo
en el fondo de la garganta
a algo que tiña el aire al salir
para que pueda seguir andando
no siguiendo un rastro sino un féretro
que juega al escondite
y poder descansar mientras camino
sin tener que pararme a ponerme una piedra en la lengua
sin tener que pararme a ponerme en la lengua
la mano con la que tomo la piedra
Un sabor que no se escinda de mi paso
ni de mi sueño
algo que se desnude al entrar
y pueda exprimirse como una esponja en el techo de una caverna
y al gotear suene de un modo vagamente musical
lo suficiente para que yo pueda arquear las superficies anegadas
de modo que su fondo no colmado advierta
que el reflejo del sabor puede no deberse a ningún día de mi vida
y el camino sea el compás
de uno que está volviendo