miércoles, 19 de diciembre de 2012

Homo


No esgrimo más que mi concha
su dureza tiene capacidad para dos ojos
uno en la zona solar otro en la zona del cielo vacío
Es el órgano que soy
entre ambos ojos no hay nada
los ojos son el trapo que pule la concha
un dolor cuando se asienta el pulso
un bosquejo de nombrar decir
así
así
multitud
Ojos ciertos a cambio
de multitud
los ojos de la cadena
los ojos de los eslabones
el metal en la curva del cuello y en la frente
Metal es el cristal por donde mira
la sangre al hielo
se abstiene de cantar y trepa
hondamente No esgrimo más que mi concha
sus estrías separan las caídas de los cuerpos
que hacia el sol y hacia el cielo vacío se deslizan
acariciándome los ojos con una yema de reconocimiento
y un tacto de mutilada yema