Hay que tener fe en lo que se pronuncia y descomponerlo
al pronunciarlo Es el único modo de que el mundo
se pertenezca y nos invada
Pero no hay que Sólo está cada certeza que conmueve y basta
para el repudio amoroso y la fatalidad divina del uno contra su eco
Ah plural mío Cansancio Médula de los accidentes que bajan
del órgano a la lengua y de la lengua a párrafos así
de niebla beligerante con alcohol en la cuenca donde el sol se hunde
deseando no resucitar no verse a ciegas
palpándose contra su costra en la piel de la palabra llamear
al pie de la palabra consumir
y en la burbuja de consumar su luz para no volver a tocarse
jamás jamás como si fuese el sexo apartado de ambos
recortado contra el plenilunio dentro de un huevo que parpadea
tan rápido que parece un ojo inmarcesible