Un puñado de cabellos un puñado de cabeza
azota un puñado de cuerpo un puñado de mano abierta
Todo símbolo es sobrehumano pero en esta
transfusión de oscuridad el elemento sobrevive
en un sólo puñado Así que el símbolo que queda
es elemental y su acción es dolor y su inacción El Dolor
Ahí arriba en la azotea blanca las reses patinan sin mover las patas
Ahí abajo una trenza gime y así libera la torsión de su transcurso
Quisiera no decir ahí ni arriba ni abajo
Mi voz me va deshabitando por eso digo arriba ahí
abajo deslizando el mundo por un puente óseo
alojando en mi boca toda la tierra posible y toda la embalsamada
A veces en los tonos agudos de la intermitencia
cuando la luz a sí misma se profana desdoblándose
escucho mis pasos dentro de mi boca
mis pasos uno sobre otro
Lo que cae de la atmósfera pierde su carne en el contexto
Como señalar con el dedo sólo para perderlo
Todos los dedos perdidos en un órbita feraz
En un puñado de hierba que palpita en la incógnita de su fluido quieto
Verde azul amarilla gris
Plateada negra
Aislada
Un puñado de los cabellos del vacío para encender la tea
y quemar la caverna
Los ríos corren en manada y sus orillas se solapan
y se oye como un cristal rompiéndose enre las sienes
y toda el agua es un carámbano de fuego tendiéndose en la lengua
para crecer morir crecer y salpicar los párpados por dentro
dejando en el velo la huella de innumerables ojos comunicantes
Un puñado de mi mano abierta
Un puñado de llamador
El cansancio como una palma que se mece cuando el viento ha cesado